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sábado, 14 de noviembre de 2015

Amenazas de los Bosques Forestales

La superficie de bosques está desapareciendo a un ritmo vertiginoso, el equivalente a 40.000 campos de fútbol al día. Hemos perdido dos tercios de los bosques del planeta en los últimos 10.000 años y seguimos perdiendo bosque mediante talas ilegales o transformación para cultivos intensivos de soja y aceite de palma.

La explotación forestal también ha causado importantes cambios en los bosques. En la actualidad, el 5% de la superficie forestal mundial son plantaciones forestales, una superficie que ha venido incrementándose durante la pasada década a un ritmo medio de 3,1 millones de hectáreas al año, de los que la mitad se deben a la conversión de masas naturales.
Si a este panorama sumamos la situación de ausencia de gestión forestal de los bosques, los incendios forestales, el problema de las talas ilegales y su comercio asociado y el desarrollo urbanístico, podemos comprender que los bosques, con carácter general, están seriamente amenazados.
En España, la fotografía forestal está caracterizada básicamente por la explotación intensiva de eucalipto y pino en las zonas de influencia atlántica y montana, y el abandono e infrautilización de los productos y servicios ambientales, culturales y sociales de los montes más mediterráneos. Tanto en uno como en otro caso, destaca la carencia de planificación territorial y la ausencia de gestión forestal, de hecho menos del 13% de la superficie forestal cuenta con un documento de gestión tal y como demanda la Ley de Montes, ni siquiera los incluidos en espacios de la Red Natura 2000.

En España apenas queda el 20% de las masas forestales originales. Cada verano el fuego arrasa una superficie media de 150.000 hectáreas a la vez que el 20% del territorio nacional sufre riesgos extremos o altos de erosión, un panorama nada positivo para asegurar la mejora de nuestras masas forestales.
INCENDIOS FORESTALES: Bosques listos para arder (Informe WWF España 2015)
Cada verano, los incendios forestales vuelven a despertar la alarma social mientras devoran nuestros bosques, arrasan el medio rural y ponen en peligro vidas humanos. Los años 2013 y 2014 ofrecieron una tregua gracias a unas excepcionales condiciones meteorológicas, pero la tendencia de la última década y el escenario futuro que provocará el cambio climático no deja lugar a dudas: los grandes incendios continuarán siendo un grave problema.

En España somos buenos apagando incendios, pero no apostamos lo suficiente por la prevención, la inversión para dar vida al monte y evitar que arda. El informe de incendios de WWF de este año recoge los testimonios de personas y organizaciones que demuestran que es posible hacer las cosas de otro modo, recuperando los numerosos usos de los montes y luchando contra el abandono que prende la llama de los grandes incendios.

Sólo será posible evitar el impacto de los incendios más devastadores si las administraciones apuestan por la recuperación del uso de los montes. El abandono actual ha dejado a nuestros bosques listos para arder.
Este nuevo Mapa del Fuego 2015 recoge los incendios que han ocurrido o están ocurriendo este verano.

DATOS CLAVE DE LOS INCENDIOS EN ESPAÑA
  • El 55% de los incendios es intencionado frente al 23% que ocurre por accidente o negligencia, y en ellos arde el 60% de la superficie afectada.
  • A nivel nacional, la mano del hombre está detrás del 96% de los incendios forestales.
  • El 44% de la superficie forestal afectada se quema en el 0,18% del total de siniestros.
  • Al año se producen de media 14.500 siniestros.

TALAS ILEGALES
Aunque generalmente se identifica como un problema de los bosques tropicales, la tala ilegal también se da en países desarrollados y en economías en transición, incluso afectando a numerosos bosques primarios y áreas protegidas.

Pero este tipo de delito forestal no es sólo un problema ambiental. Las comunidades humanas también se ven seriamente afectadas debido a la pérdida de los recursos naturales procedentes de los bosques y, a veces, al uso de la intimidación y la violencia.
Los cientos de millones de euros de ingresos fiscales que se pierden en todo el mundo como consecuencia de las talas ilegales y los delitos forestales tienen también un importante impacto social.

El comercio mundial de madera extraída ilegalmente es un negocio que mueve grandes cantidades de dinero. 
El Banco Mundial estima que la talas ilegales suponen a los países productores pérdidas de 10.000 millones de euros al año: en torno al 6% de esta cifra puede deberse al mercado español. 
ESPAÑA, UN GRAN CONSUMIDOR


En España, el mercado de la madera y papel consume anualmente cerca de 50 millones de metros cúbicos equivalentes de madera, lo que equivale a tener un bosque de unos 10 millones de hectáreas bien gestionado. De este volumen, las dos terceras partes es producto importado y de éstos 16% procede directamente de países donde las talas ilegales son prácticas reconocidas internacionalmente. En otras ocasiones, aun procediendo de talas legales, no siempre podemos garantizar un origen sostenible de la madera. Baste el ejemplo español, donde apenas el 13% de la superficie forestal cuenta con un plan de gestión tal y como demanda la legislación forestal española.


CONVERSIÓN FORESTAL
La conversión forestal es el proceso de transformación de los ecosistemas forestales naturales a otros usos (agricultura, ganadería, plantaciones forestales, infraestructuras y desarrollo urbano). 

Solamente en la pasada década se produjo una pérdida neta de superficie forestal de 93,9 millones de hectáreas. Durante este periodo se transformaron bosques naturales a otros usos agrícolas, ganaderos o forestales intensivos a un ritmo de 16,1 millones de hectáreas al año, el 94 por ciento en bosques tropicales, siendo la deforestación agrícola y ganadera la responsable del 70% de esta transformación (INSTITUTO DE RECURSOS MUNDIALES, 2000). 

Pero también la explotación forestal ha causado importantes cambios en los bosques. En la actualidad, el 5% de la superficie forestal mundial corresponde a plantaciones forestales, una superficie que ha venido incrementándose durante la pasada década a un ritmo medio de 3,1 millones de hectáreas al año, de los que la mitad se deben a la conversión de masas naturales.

CONSUMO DESMEDIDO
A pesar de que el uso de madera es preferible al de otros materiales como los plásticos, metales o cementos, (productos ambientalmente tóxicos) el gran incremento que se prevé en las cifras de consumo mundial de madera y papel nos obliga a adoptar medidas urgentes para reducir nuestra huella ecológica sobre los bosques. 
Esta explosión en el consumo obliga a la sociedad actual en su conjunto a aplicar medidas efectivas en materia de reutilización, reciclaje y eficiencia en la gestión forestal si queremos que nuestros bosques puedan sobrellevar con éxito este irremediable incremento de la demanda de madera sin que se vean quebrantados sus atributos ecológicos.
A su vez, el incremento en el consumo de madera y papel supone una grave amenaza de transformación de los últimos bosques primarios para poner en producción nuevas superficies forestales. De hecho, la mitad de las plantaciones forestales de todo el mundo se realizan sustituyendo masas forestales naturales. 

SABÍAS QUE...

Según datos de la FAO, el consumo actual de madera (1.600 millones de metros cúbicos) se habrá duplicado a finales de este siglo. 


CAMBIO CLIMÁTICO

Las consecuencias del cambio climático, como son el aumento de las temperaturas y la intensidad de los períodos de sequía, afecta directamente a los bosques en todo el planeta así como a las especies (incluidos los humanos) y a la vegetación que depende de estos hábitats.

Las investigaciones demuestran que el cambio climático está secando nuestros bosques, lo que genera un mayor riesgo de incendios forestales dado el aumento de las temperaturas y el descenso de la humedad.

El IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) estima que al menos un tercio de los bosques del planeta pueden sufrir las consecuencias adversas del cambio climático, especialmente en la zona boreal donde el calentamiento alcanzará la máxima intensidad.

Los principales tipos de bosques que están experimentando los efectos más adversos e inmediatos del cambio climático son los bosques boreales, los tropicales de montaña, los costeros y los manglares.

Tiempo de adaptación
Dado que los árboles tienen un lento crecimiento, los bosques necesitan tiempo para adaptarse a los cambios medioambientales. Sin embargo, el índice estimado de calentamiento global y aumento del nivel de los mares implica que muchos tipos de bosques serán incapaces de adaptarse. Además, en zonas con alta densidad poblacional, no habrá espacio disponible para ampliar las zonas forestales.

Bosques mediterráneos y bosques tropicales de montaña
En el Mediterráneo, los veranos cada vez son más cálidos, secos y ventosos. Estos factores crean las condiciones ideales para que se produzcan más incendios forestales. A la vez se producen más lluvias y tormentas durante el invierno, lo que genera un aumento de la vegetación que, a su vez, se seca en verano convirtiéndose en combustible para los incendios.

Fauna afectada

La fauna está siendo afectada por estos cambios en su hábitat y por la escasez de agua. A medida que aumente la temperatura media, las especies tendrán que desplazarse a mayores latitudes en busca de hábitas más adecuados. Dado que los cambios están ocurriendo de una forma demasiado rápida para que puedan adaptarse las especies y los ecosistemas, se esperan extinciones locales y globales. Según las investigaciones, los hábitos migratorios de ciertas especies ya están empezando a modificarse.

Cómo influyen los bosques en el cambio climático

Cuando se destruyen y se degradan los bosques, el carbón es liberado a la atmósfera en forma de dióxido de carbono, el gas de efecto invernadero más importante. A medida que se pierden bosques, se fomenta directamente el cambio climático. 

WWF España

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